Nuestras decisiones alimentarias tienen un impacto significativo en los resultados de nuestra salud, además de determinar nuestras preferencias gustativas. Muchos expertos se refieren a lo que comemos como nuestra “quimioterapia tres veces al día”, lo que significa que puede exacerbar la enfermedad o actuar como una poderosa medida preventiva para fortalecer nuestro cuerpo contra la enfermedad. El Dr. William Lee, médico de renombre, investigador y presidente de la Angiogenesis Foundation, conocido por su trabajo pionero en nutrición y ciencia médica, lidera este movimiento.
El Dr. Lee es un médico con formación en Harvard que fundó la Fundación Angiogénesis. Gracias a su trabajo, se han desarrollado más de 40 tratamientos y dispositivos aprobados por la FDA para diversas afecciones, como el cáncer, las cardiopatías, la cicatrización de heridas y la pérdida de visión. Aparte de sus logros en el ámbito médico, es un escritor superventas del New York Times que ha iluminado el potencial transformador de la nutrición a través de sus revolucionarias publicaciones como “Eat to Beat Disease: The New Science of How Your Body Can Heal Itself” y su obra más reciente, “Eat to Beat Diet: Quema grasa, mejora tu metabolismo y vive más”.
Las enseñanzas del Dr. Lee subrayan el papel fundamental que desempeña la nutrición tanto en la prevención como en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, en un mundo en el que la prevalencia de enfermedades no deja de aumentar. Tras años de estudio y aplicación clínica, el Dr. Lee subraya la idea de que los alimentos son algo más que un simple alimento: son una especie de medicación que administramos a nuestro cuerpo varias veces al día. Las personas pueden tomar las riendas de su salud y bienestar aprovechando el potencial curativo de la nutrición.
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No se puede ignorar la importancia de la nutrición en la prevención de enfermedades. Las investigaciones indican que un porcentaje significativo de los casos de cáncer se ven afectados por factores ambientales, siendo los factores dietéticos responsables de entre el 30% y el 35% de estos casos. Los cánceres microscópicos son sorprendentemente comunes en el cuerpo humano; los informes de autopsias los muestran en una variedad de órganos y en diversos grupos de edad. Esto pone de relieve lo importante que es desarrollar hábitos alimentarios que favorezcan la resistencia a la enfermedad y la salud en general.
El Dr. Lee aboga por un cambio de paradigma en nuestra comprensión de la conexión entre nutrición y salud. Destaca su potencial para trabajar juntos y mejorar la eficacia de los tratamientos médicos, en lugar de verlos como entidades separadas. Los alimentos ricos en nutrientes pueden ayudarnos a maximizar los procesos curativos naturales de nuestro cuerpo y potenciar los beneficios terapéuticos de las terapias tradicionales.
El Dr. Lee escribió un libro pionero sobre los alimentos como medicina para compartir sus vastos conocimientos con el público en general, proporcionando información sobre las diversas formas en que las decisiones dietéticas pueden afectar a los resultados de salud. Aunque este debate se centra en las cinco frutas que el Dr. Lee ha identificado, es fundamental reconocer que una amplia variedad de alimentos integrales tienen valor terapéutico y favorecen la salud y el bienestar generales.
En su exhaustiva investigación sobre nutrición, el Dr. Lee identifica una lista de unos 150 alimentos cuyas ventajas metabólicas han sido validadas por la investigación clínica en humanos. Según las enseñanzas y escritos del Dr. Lee, algunas frutas destacan entre las demás como candidatas excepcionales para fomentar la salud y alejar la enfermedad.
Por ejemplo, los tomates demuestran la gran influencia de las decisiones dietéticas en la reducción del riesgo de cáncer. Una investigación realizada hace más de 20 años ha demostrado una estrecha relación entre el consumo de tomates y un menor riesgo de cáncer de próstata. Los tomates son una rica fuente de licopeno, un compuesto antiangiogénico que puede prevenir el crecimiento de tumores al impedir la formación de vasos sanguíneos que suministran oxígeno a las células cancerosas. Además, entre las cualidades bioactivas del licopeno se encuentra la regulación metabólica, que ayuda a controlar el colesterol y el metabolismo de las grasas.
Para aprovechar plenamente el potencial terapéutico de alimentos como el tomate, es imprescindible optimizar la biodisponibilidad de sus nutrientes. En concreto, el tratamiento térmico aumenta la absorción del licopeno al cambiar su estructura química por otra más fácil de absorber por el organismo. Dado que el licopeno y los polifenoles del aceite de oliva actúan de forma sinérgica, el consumo de tomates con aceite de oliva mejora aún más la absorción de nutrientes.
Las peras, otro superalimento rico en nutrientes, son muy beneficiosas para la salud por su alto contenido en fibra alimentaria y ácido clorogénico. Las investigaciones han demostrado que el consumo regular de peras reduce el riesgo de crecimiento tumoral, lo que pone de relieve el papel de la fibra alimentaria en la prevención del cáncer. El ácido clorogénico también tiene propiedades antiangiogénicas, lo que refuerza su papel en la prevención del cáncer.
De forma similar, el alto contenido en antioxidantes del kiwi y sus cualidades de apoyo intestinal lo convierten en un poderoso aliado en la batalla contra la enfermedad. Se ha demostrado que el consumo diario de kiwi reduce los daños en el ADN y mejora los procesos de reparación del organismo. Además, la fibra de los kiwis favorece el crecimiento de una flora intestinal beneficiosa, favoreciendo un microbioma equilibrado y reduciendo la inflamación.
Comer bayas, especialmente las ricas en antocianinas, refuerza el sistema inmunitario e inhibe el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, lo que ayuda a prevenir la progresión de enfermedades. En particular, las fresas han llamado la atención por su capacidad para aumentar el metabolismo sin elevar el azúcar en sangre, disipando mitos sobre el lugar de la fruta en una dieta equilibrada.
El zumo de granada se revela como una poderosa bebida que favorece la función del sistema inmunitario y promueve un microbioma intestinal sano. Las granadas, ricas en elagitaninos, tienen propiedades antiangiogénicas que impiden el crecimiento de tumores y mejoran la salud general.
En última instancia, el Dr. Lee promueve un modelo dietético centrado en alimentos integrales y frescos, en su mayoría de origen vegetal, con una ingesta reducida de alimentos procesados y carne roja. Lee descarta la idea de los “superalimentos” y se centra en el modo en que las decisiones dietéticas afectan a la salud general a largo plazo. Las personas pueden aprovechar el poder transformador de los alimentos como medicina adoptando una dieta nutritiva, fortaleciendo sus cuerpos contra la enfermedad y abriendo la puerta a la vitalidad y la longevidad.